AGALLAS: LA TRISTE REALIDAD DE CASTILLA Y LEÓN.

 A buen seguro que la mayoría de los lectores no han oído nunca hablar de un pueblecito al sur de la Salamanca, y por ende de la comunidad de Castilla-León, que tiene el muy valiente nombre del titular.

Supongo que normalmente no acontecen en este pequeño municipio charro grandes efemérides dignas de saltar a la prensa, como corresponde a una localidad pequeña en número de habitantes pero que, a mi entender, se ha convertido en el paradigma de esta provincia y  de esta comunidad autónoma.

Relataré, brevísimamente, para los de fuera de esta provincia, la noticia que saltó a la prensa recientemente y que no es otra que la decisión de este pueblo de solicitar su incorporación a la vecina comunidad extremeña, desgajandose así de una provincia y una comunidad que no son capaces de darles los servicios mínimos que una sociedad moderna debe ofrecer, muy especialmente, al parecer, los sanitarios.

Y lo que me preocupa de esta noticia es que es el auténtico paradigma de lo que está sucediendo en una provincia y una comunidad gobernadas de siempre por el PP y otras derechas (algunos dicen que desde antes de los romanos) y que añaden a la constante sangría poblacional de los emigrantes (incluso en tiempos en los que el resto de España recibía cantidades significativas de inmigrantes), dejando a nuestras tierras sin su mejor tesoro: su gente, y en especial sus jóvenes, para dar un paso más en esta sangría mortal de necesidad que supone que ya hasta pueblos enteros sientan la necesidad de abandonarnos.